20 agosto 2013

Los títeres de Mujeres con Alas ensayando "Tres pinguinos y un elefante marino"

Los títeres de Mujeres con Alas y otras ensayando la obra "Tres pinguinos y un elefante marino" de Waldemar Fontes

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El grupo de Títeres "Mujeres con Alas y otras" ensayando la obra de Waldemar Fontes, "Tres pingüinos y un elefante marino", que fue seleccionada para la Muestra Internacional de Teatro Perimetral 2013, (Uruguay).
Ensayo realizado en El Pinar, Uruguay, el 20 de agosto 2013

Actúan: 
Liliana González y Ana Lazo, como titireteras y escenografía
Carlos Krause, Música y canciones


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Ver más información en

Mujeres con Alas, Títeres

¿Cómo se puede conseguir el libro?

Para quienes quieran conseguir el libro, lo pueden pedir o encargar en cualquier librería de Uruguay,  lo distribuye GUSSI y es de Editorial RUMBO.


Lo puedes obtener en versión E-BOOK Kindle  


También lo puedes encontrar en la Librería Yenny en Bvrd España esquina Rambla del Perú, (Montevideo) teléfonos (598) 2711 6337   mail: lh@yenny.com.uy

Coordinar envío por mail a wfontes@montevideo.com.uy  

Contactos:teléfono 26962702-Anni. Teléfono 26988429-Lili


09 agosto 2013

PINGÜICHÍS

PINGÜICHÍS
Cuento de Raquel Silvetti 


Esta es la historia de un pingüino muy diferente a los demás... se llama Pingüichís y pronto sabrás por qué.
El viento antártico soplaba diferente a otros días, como anunciando el tan esperado nacimiento.
-Crac…crac…¡crash!
-Ya nació- dijo emocionado papá pingüino, después de haber incubado el huevo durante sesenta días. ¿Sabes? es tarea del pingüino empollar el huevo, mientras mamá sale en,  busca de alimento, para satisfacer el apetito del pequeño al nacer.
-Ya voy… ¡ya estoy ahí! -gritaba mamá pingüino acercándose lo más rápido con que sus torpes patas le permitían caminar. Al Acercarse al cascarón, el bebé asomó la cabeza y dijo algo muy extraño…
-Achís… ¡atchiiiis!
-¿ATCHIS?- exclamaron sus padres.
Claro, porque aunque te cueste creerlo, el bebé estaba resfriado y sus papás desconocían esa palabra tan rara que decía el pequeño.
-Bueno…te llamarás PINGÜICHÍS- dijo orgulloso papá, ante la curiosa mirada de la parentela que había asistido al nacimiento.
Una anciana pingüino dijo, que Pingüichís seria famoso porque había nacido en una noche de aurora polar verde. 
-Es hermoso, ¿verdad? Pequeño bebé, la aurora polar será tu madrina y te protegerá toda la vida- dijo mamá emocionada.
Muchas veces en la Antártica, por lo general en primavera y otoño, velos y chorros de luces multicolores cubren el cielo. Es un maravilloso espectáculo.
Pingüichís pronto se hizo personaje en la Antártida, su hogar, ya que era el único pingüino que decía: “achís…achís”. El pequeño polluelo paseaba cabalgando sobre las patas de su madre, abrigado por los pliegues de la tibia piel de la pancita de mamá. Qué afortunado, ¿no crees?
-Pingüichís, ¿quieres venir a jugar?- preguntaban los otros pingüinos.
-¿Puedo, mami?- preguntaba asomando la cabeza.
-Todavía no, pequeño travieso. Aún eres muy pequeño- respondía la mamá dándole piquitos.
Al cumplir las nueve semanas de edad, Pingüichís era un pingüino hermoso, regordete. Con su abrigo gris y el antifaz blanco alrededor de los ojos…era todo un muñeco. Sus padres se sentían orgullosos, porque ya entraría al Jardín “LOS PINGUIS”.
Ahora sí, papá y mamá podrían ir de pesca juntos, sabiendo que el pequeño quedaría en buenas manos. La maestra era un pingüino muy elegante, con resplandeciente pechera blanca y el resto del traje negro, como todos los adultos. Se encargaba de enseñarle a los polluelos muchas piruetas en la tierra, para que cuando fueran al mar estuvieran bien entrenados.
Esto le encantaba al pequeño Pingüichís, pero cuando la maestra comenzaba con el “sermón de los pingüinos”, Pingüichís se ponía a jugar con cualquier cosa.
Y es que era muy estricta con sus alumnos, cuando de aprender se trataba. Igual que lo debe de ser tu maestra ¿no?
Les hacía repetir todos los días:
1-Al ir a nadar, tenemos que mirar que no venga el leopardo marino, porque e nuestro enemigo.
2-En tierra, si divisamos un “skúa” (especie de gaviota), hay que correr a refugiarse. Es un ave muy mala que se come a los polluelos.
3-Nunca hay que acercarse a la aldea del animal que camina en do patas como nosotros y vuela en ajaros gigantes. No sabemos si es nuestro amigo.
Pingüichís, que se tomaba todo a risa- y eso no está muy bien- soñaba con volar como esas maravillosas aves gigantes.
Hacia intentos sí, subiéndose a una montaña de nieve y lanzándose al vacío pero… ¡plash!, caía de panza en el hielo.
-¿Qué comerán esas grandulonas para tener esos músculos tan poderosos?- se preguntaba el pequeño
Al ver regresar a sus padres corría hacia ellos, mamá traía muchos peces para la pancita de Pingüichís.
-Mami, ¿cuándo voy a poder pescar como ustedes?
-Aún eres pequeño, tienes muchas cosas que aprender. Cuando puedas vencer al viento al caminar, ya casi estarás listo.
Pingüichís pensaba entonces que tendría que ser casi tan grande como las aves grandulonas para ser más poderoso que el viento.
Los pingüinos y las focas no son enemigos y como Pingüichís era tan simpático, enseguida se hizo amigo de una foquita, quien pronto se convirtió en compinche de travesuras...
Un día sabiendo que todavía no estaba preparado para nadar, fue con Foquis, su amiga a darse un chapuzón. Cuando menos lo esperaban, una Orca, se acercó a ellos dispuesta a darse un banquete.
-Pin…Pin… ¡Pingüichís!- gritó desesperada Foquis.
-Pero ¿qué te pasa, está fría el agua para vos o tenès miedo que te reprendan?-se burló el pingüino.
Foquis hacia señas para que mirara hacia atrás. ¿Vos que hubieras hecho? Cuando Pingüichís se dio vuelta, quedó paralizado de miedo, si no fuera por su amiga que los sacó del agua a empujones, es día no contaban la historia.
Y qué reprimenda se llevó…
…..y te quedarás sin una posta de pescado hasta mañana- dijo furioso papá pingüino.
Y dejando caer una lágrima congelada por la mejilla, el polluelo se fue a dormir.
-Mami, papá está muy enojado conmigo, ya no me quiere, ¿verdad?
-No digas eso amor-contestó su mamá abrazándolo- siempre, siempre te vamos a querer.
-¿Promesa de pingüino?
-Promesa de pingüino-respondió su mamá frotando los picos.
Esa noche soñó que se comía un pez tan grande como esas aves extrañas que surcaban el cielo Antártico y que él tanto admiraba…
Un día se produjo gran alboroto en la colonia de los pingüinos, se rumoreaba que a pocos quilómetros de allí, se instalaría otra aldea de los animales con dos patas, dueños de las aves gigantes.
Pingüichís era muy juguetón, travieso y…bastante inquieto. …Como vos, que estás leyendo este cuento.
-¿Foquis, me acompañas a ver de dónde provienen las aves gigantes?, quiero saber qué comen para son tan fuertes y pueden volar. Han dicho algunos adultos, que atraviesan los océanos para llegar aquí.
-Nooooo…y ¿si nos quieren comer?
-Eres una miedosa como todas las niñas. Pero yo, soy un Pingüino Emperador, voy solo, que me importa. Cruzaré enormes océanos
Lucharé con monstruos y te aseguro que volveré volando como esas aves-protestó Pingüichís mientras se deslizaba por una montaña de hielo por una montaña de hielo.
-Comeré lo mismo que el ave gigante y volaré como ella- se decía el pingüinito patinando en el hielo para ir un poco más rápido.
El viento soplaba fuerte…fuerte. Pingüichís caminaba dos pasos y retrocedía tres. ¿Estaría pronto para vencer al viento?
-Qué despacio caminas ¡Si volaras llegarías más rápido!
-Y tú, ¿quién eres?-
-¿No ves? Soy un ave como tú y estoy dispuesta a enseñarte a volar. Claro, si tú quieres…
-Tienes toda la apariencia de ser un “skúa”, y te comes a los polluelos, me lo dijo mi maestra, por tanto…. ¡fuera!
-Te equivocas-decía el Skúa-tratando de confundirlo- si fuera así, ¿Te enseñaría a volar? Pero si tienes miedo, seguí tu camino, pájaro bobo.
-¿Pájaro bobo yo, pájaro bobo yo?-repetía Pingüichís. Para que sepas soy un Pingüino Emperador y pronto aprenderé a volar mejor que vos, gaviota fea.
Diciendo esto, se tiró de panza para deslizarse más rápido, ya que los pingüinos son muy torpes para caminar. El ave ofendida estaba dispuesta a lanzarse sobre el polluelo para comerlo…cuando sintió un ruido ensordecedor que hizo que huyera más rápido que ligero.
Un ave gigante de las que conocía Pingüichís, pasó sobre ellos despertando la admiración del pequeño quien entre tropezones y patinadas iba diciendo:
-Espera…espera…quiero ir contigooo
El pingüinito que ya sabía nadar, se zambulló en el océano para seguirla.
Nadó mucho para no perderla de vista, pero no sabía por qué, esta no le quiso siquiera escuchar. ¿Piensas que Pingüichís decidió regresar?
No, no de ninguna manera, siguió adelante mientras se decía:
-Seguramente encontraré a algún animal que me pueda guiar, tal vez encuentre otro pingüino o una foca y…si encuentro un monstruo
Mientras hablaba en voz alta pensaba en su familia, en Foquis. ¿Le perdonarían sus padres ésta travesura? Seguro que si “promesa de pingüino”.
El polluelo siguió al ave misteriosa hasta que al fin…encontró la aldea.
Pingüichís se acercó hasta un ave, era del mismo color que él, seguramente un pariente, pensó.
-Ey, soy Pingüichís, un ave como vos. Me gustaría saber que comes para ser tan fuerte y volar. Pero… ¿por qué no me miras?, ¿quieres ser mi amiga? ¿Sí? , ¿No? Bueno, si no respondes es que sí.
Entonces descubrió que junto al ave extraña, había un tanque con un líquido de olor fuerte. Pensó que eso sería el alimento mágico que tomaba el ave para volar.
-Voy a probar un poco, total tienes mucho.
Ay chicos, ¡ojalá nunca lo hubiera hecho!
Pingüichís se retorcía de dolor de panza y sentía que algo lo quemaba por dentro. Y…cayó como muerto.
Entonces salió de la Base Antártica, que así se llamaba la aldea, el dueño del ave gigante
-Qué extraño, una aurora polar verde. La última fue hace pocos días- comentó el aviador...
-¿Qué es esto?- dijo tropezando con el pequeño pingüino que yacía en el suelo.
Tomándolo en brazos lo llevó dentro de la Base. Ahí había un médico que se hizo cargo del paciente. Cuando Pingüichís se despertó,  se encontró rodeado por aquellos animales raros, que se llaman seres humanos y que le salvaron la vida.
El médico uruguayo dándole trocitos de pescado, le decía que nunca, pero nunca, tenía que tomar alimentos desconocidos.
-Bueno, pequeño-dijo el aviador-ahora que ya estás bien te voy a llevar a tu hogar. Aunque serías una simpática mascota, seguro que tu familia está preocupada. Enrique, el aviador, le regaló una gorra de lana, como símbolo de una nueva amistad.
Y en verdad, los padres de Pingüichís estaban desesperados ante la desaparición del polluelo.
-Hace pocos días hubo una aurora polar verde, estoy segura que está bien-comentaba la mamá.
Foquis había contado lo sucedido, ya había voluntarios para salir al rescate cuando…  De un ave gigante descendió sonriente Pingüichís, luciendo la gorra de lana.
-No te dije Foquis, ¿que vendría volando?-exclamó el pingüinito mientras corría hacia sus padres que entre rezongos y piquitos, abrazaron al pequeño
-Están muy enojados y ya no me quieren, ¿verdad?
-La promesa de pingüino es querernos toda la vida, hijo-respondió el papá. Pero espero que hayas aprendido una lección
Pingüichís comprendió que todavía no podía vencer al viento y que además nunca podría volar porque los pingüinos no vuelan.
Pero se conformaba con pasear en el avión Hércules de su nuevo amigo Enrique, que lo traía a casa cuando iba a visitar a sus amigos uruguayos en la Base Antártica “Artigas”. 

FIN
Esta obra ha sido el primer cuento para niños, escrito por una autora uruguaya, ambientado en la Antártida y con personajes que relatan la vida en las bases de nuestro país en el Continente Helado.   En 2007, coincidiendo con el Año Polar Internacional 2007-2008, el cuento fue grabado con la voz de su autora e incluido en el disco "Antártida un sentimiento. Uruguay canta, recita y compone" editado por el programa radial Proyección a la Antártida del prof. Roberto Bardecio, con el apoyo del SODRE.

¿Quieres escuchar el cuento?

 


Raquel Silvetti

Acerca de la autora

Raquel Silvetti
Es Educadora Preescolar, Narradora Oral Escénica, Escritora de cuentos infantiles.
Coordina el programa "La escuela y la biblioteca : un cuento nos une" en Biblioteca Nacional Uruguay.  Este proyecto, visita escuelas urbanas y rurales de todo el país, difundiendo un concurso de cuentos y fomentando la lectura por placer en niños y docentes.
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03 junio 2013

Muestra de fotografías de la Antártida, de Gabriela Rufener


CdF Fotogalería Parque Rodó, Rambla Wilson y Pablo de María (Montevideo, Uruguay)
del 7 de junio al 23 de julio 2013


  • La muestra

    Según el Protocolo de Protección Ambiental que regula las actividades a desarrollar en el continente helado, “la Antártida es una reserva natural consagrada a la paz y a la ciencia”.
    Esto implica que todas las tareas que allí se realicen siempre deberán tender a la protección y preservación del medio ambiente.
    Los valores estéticos de la Antártida son en sí mismos un bien a proteger, pues forman parte de un patrimonio intangible que merece ser conocido y preservado.
    Este espíritu también es reflejado en el Reglamento de Organización y Funcionamiento del Instituto Antártico Uruguayo, que establece: “Participar en tareas de difusión de las actividades antárticas nacionales, a través de exposiciones, programas de comunicación masiva, actividades literarias, artísticas, publicaciones, distribución de información u otras, relacionadas con este cometido”.
    La muestra de fotografías de Gabriela Rufener cumple una función integradora y contribuye a la exaltación de los valores estéticos de la Antártida, reuniendo imágenes de la vida silvestre y de la actividad humana del pasado y del presente, transmitiendo así a las generaciones futuras un legado que, de otra manera, se perdería.

    La autora

    La fotógrafa Gabriela Rufener en el año 2009 realizó una exposición en el Shopping Tres Cruces que fue visitada por miles de personas. La muestra de panorámicas de Uruguay posteriormente quedó en exposición permanente en la sala de Prensa del Ministerio de Turismo.
    Sus fotografías fueron escogidas para ilustrar fascículos del diario El País y textos escolares de Editorial Santillana.
    Fue ganadora del primer premio en el concurso fotográfico Arte, Ciencia y Corazón, año 2011, en Buenos Aires, Argentina.
    La OPTEC, en el marco de sus veinte años, le otorgó mención de honor en Lo mejor está por verse.
    Una foto suya fue seleccionada para participar en el tercer festival de Tiradentes, Brasil.
    En 2012 viajó a la Antártida para fotografiar el continente blanco. Varias imágenes de este trabajo se utilizaron en un spot televisivo de Antel y en dos libros sobre Uruguay.

    “Crecí con las revistas de la National Geographic en la biblioteca de mi casa, que me inspiraban ya siendo una niña.
    En el año 2009 estaba mirando la tele cuando vi una nota sobre la Base Artigas y quise crear un proyecto con la intención de difundir el trabajo en ese lugar. La oportunidad de realizar ese viaje fue única. Éste es un resumen de diecisiete días y cientos de fotos”.

21 marzo 2013

Poesías escritas en la Antártida



En este tríptico se pueden leer poemas inspirados en la Antártida, escritos por Carlos Odera, Wilder Acosta, Walter Monzón, Fernanda Silvera y Waldemar Fontes.

¿Los quieres leer? Te invitamos a descargarlo desde aquí

En 2009, los integrantes de la Dotación Antarkos 25, participaron del Primer Día de Lectura de Poesías en la Antártida, realizado el 16 de octubre en la Base Bellingshausen (Rusia).   En esa ocasión, se presentaron varios poemas, escritos especialmente para la ocasión y se leyeron también poesías de autores uruguayos, referidas a la Antártida.



Dice en el Blog de Antarkos 25, "Descubrimos entre nosotros a varios poetas, quienes con la colaboración de todos en la base, mejoraron sus composiciones y su expresión para leerlos".

fuente: Antarkos 25 - Base Científica Antártica Artigas - Uruguay

09 diciembre 2010

Tierra de calidez

"Tierra de calidez": Poema – canción compuesto por Carlos Pisoni, Arquitecto, Pionero Antártico, Fundador de la BCAA

Transcripción del manuscrito original escrito en recuerdo de la fundación de la Base Artigas en 1984, por Carlos Pisoni, fotocopiado y entregado por el autor, para su preservación y difusión.
Documentos de interés para el estudio de la historia antártica del Uruguay.

 En homenaje a los fundadores de la Base Científica Antártica Artigas (22 de diciembre de 1984)


TIERRA DE CALIDEZ
Arq. Carlos Pisoni

1
Quizás la historia no cuente
Lo que allá en el sur pasó
En mil nueve ochenta y cuatro
Diciembre, recuerdo yo

2
Fuimos 13 los que un día
Partimos rumbo a la nada
A una tierra congelada
Llena de misterio y vida

3
Con una misión bien clara
De montar en una isla
Construcciones que formaran
Aquella base científica

4
Unos partimos primero
Ordenando el trajinar
Desde la austral Punta Arenas
Ciudad cordial y sin par

5
Luego de cien peripecias
Nos pudimos embarcar
Cruzando el Drake, los canales
Y la Antártida llegar

6
Mientras otros uruguayos
Viajaban en un avión
acondicionado de apoyo
pa´ semejante ocasión

7
Y aquí quedaron mis niños
De año y medio y ocho días
Los llevé en el corazón
Como una pena prendida

8
Al llegar hasta el lugar
Que había sido elegido
Junto al “Tero”, compañero
De aquel viaje de delirio

9
No había ni rastros de nada
Ni avión, ni delegación
Que esperara aquel día
Complicando la ocasión

10
Hubo que esperar tres días
Pa´poder tener noticias
Y ver llegar desde el cielo
Al Fairchild con los “turistas”

11
Fue después de navegar
Y estar varado en los mares
Entre témpanos, ventiscas
Pingüinos y tempestades

12
Que llegaron compañeros
Pa´ compartir nuestros males
Encarar nuestros trabajos
Y olvidar las soledades

13
Y aquí recién empezó
La historia que no termina
Para los que allí estuvimos
Y que el tiempo nos dio vida

14
Pues hay tres que ya no están
Que ya han dejado esta vida
Y dejaron su legado
De entrega y valentía

15
Omar, Carlitos y Pierre
Que nos miran desde arriba
Y saben que en esta tierra
Hay un trozo de su vida

16
Y fue tarea de colosos
Comenzar esta porfía
De construir una base
Con lo que allí se tenía

17
Se comenzó a trabajar
Sin experiencia adquirida
En un clima tan abrupto
Que cambiaba día a día

18
Setenta horas seguidas,
Con sus noches y sus días
Se laburó sin parar
Casi, casi sin comida

19
Pues marcaba ese momento
Como esperanza de vida
Armar esa construcción
Pa´ habitarla en esos días

20
Y no quedaba ya tiempo
Para llenar la barriga
Y era solo trabajar
Pa´ terminar enseguida

21
Y se siguió sin parar
Entre el frío y la ventisca
Pa´ armar el primer módulo
Que sirviera de guarida

22
Por no comer lo debido
Y el esfuerzo en la “batalla”
Se partían nuestros labios
Sangrando como una llaga

23
Y cuando al fin terminamos
Se descansó en su interior
Para reponer las fuerzas
Que insumió la construcción

24
Descansando medio día
Volvimos a las andadas
Se siguió armando la base
Que era una misión sagrada

25
Y así pasaban los días
Con esfuerzo y con tesón
Pero allí nadie aflojaba
Pues se puso el corazón

26
Hasta que al fin llegó el día
Que ese lugar ya tenía
Mínimas comodidades
Como pa´ empezar su vida

27
Fue un 22 de diciembre
En un acto más que digno que
Izamos nuestra bandera
y cantamos nuestro himno

28
De entonces en esa tierra
En que no calienta el sol
Se tiene un sol permanente
El de nuestro pabellón

29
Pa´ calentar y dar fuerzas
Y templar el corazón
De orientales que allí habiten
Pa´ completar la misión

30
Y una palabra en recuerdo
Pa´ los que aún no nombré
Para el “Buco”, “Corralito”
Carlos Pinasco y Derceu

31
Cacho Martínez y Acosta
Gelmini, Cappi y Gordillo
Completaban la plantilla
de aquel grupo de “potrillos”


32
Y un capítulo especial
Pa´ lo que allí se vivía
Pa´ la gente de otras bases
De mano siempre extendida

33
Porque di allí algo era hermoso
Era ver como en la vida
Los hombres muy solidarios
Se apoyaban sin medida

34
Sin importar las Naciones
Sus etnias ni su color
Filosofías políticas
Procedencia o religión

35
Quizás haya que enseñar
Lo que allí se aprendió un día
Y esa solidaridad
Desperdigarla en la vida

36
Y si algún día regreso
Hasta esa tierra tan fría
No será para pasear
Ni para ver obra mía

37
Será para homenajear
Aquella forma de vida
Ejemplo de humanidad
Para el resto de sus días.

10 octubre 2010

Versos Antárticos, poemas de Delia Musso

Libro de poesias, publicado por el Instituto Antartico Uruguayo


Delia Musso obsequia un ejemplar de su libro Versos Antarticos, al Ministro de Defensa, Luis Rosadilla

Destacamos el comentario de Roberto Appratto: 
“La Antártida aparece aquí como un territorio que el lenguaje poético debe conquistar: las imágenes de blancura, la extensión, la belleza, la naturaleza extraña y en constante transformación, son un paisaje que Delia Musso quiere “leer” tal como se presenta a su vista.
Es claro que esa lectura no es únicamente descriptiva; a partir del Paisaje-objeto, de la fascinación que produce, la poesía se lanza a la búsqueda de parecidos, de sugerencias plásticas y culturales que lo hacen ver como un artificio, un decorado, pero también como el transporte de los sentidos hacia otros espacios (mentales, religiosos, míticos).
Otros libros de Delia Musso permiten entender el privilegio que tiene aquí el uso de las palabras con función mágica, como parte de un encanto que quiere contagiarse al lector y que parece natural, consustancial a la Antártida.
De ahí la oscuridad sensual en que se desarrolla esa lectura de imágenes.
Si la función mágica de la poesía supone alejarse de su poder comunicativo, también puede establecer un diálogo por medio del impacto que produce esa ensoñación, ese carácter leve de las descripciones, los relatos, los poemas en sentido lato.
Se entiende cómo los poemas traducen, aún hablando aparentemente de otra cosa, todo aquello que la Antártida ofrece al desborde.
En este caso, y también en otros títulos de su producción, Musso muestra que su clave expresiva, lo mejor de su poesía, está en la levedad oblicua, como de desciframiento, de esa traducción; en la capacidad de ir más allá de la confesión para plantear ese espacio propio de su escritura, sin otra pretensión que probar la relación entre experiencia y lenguaje.”
Los invitamos a leer el libro
Versos Antarticos de Delia Musso

ANTARTIDA, por Delia Musso

ANTARTIDA
Poema de Delia Maria Musso
Publicado en el libro "Versos Antarticos"

Si tú quisieras, Granada,
contigo me casaría...”
Romance fronterizo. Anónimo S. XV

Se diría que las rosas
al rozar tu rostro virgen
enmudecieron pálidas
y de traslúcida porcelana
vistieron los pétalos
que en tu regazo abandonaron.

Se turba el aire al amanecer
cuando en murmuria brisa
acaricia tus áureos cabellos

litúrgico concertino.

En la tarde vacila,
en contrapunto el viento,
cuando de tus arracimados rizos
comienzan a evadirse
rojizas hebras
preludio
que en su ansiedad
desteje airado
la malla de estrellas
que en vano pretende eclipsar
tu sensualidad distraída.

Y si se miran tus ojos,
protegidos por la gracia irreal
de los arcos de tus cinceladas cejas,
se alcanza la ensoñación
exquisitamente caligrafiada
de tus alicatados iris
de colores inéditos
ornados de muqarnas
y polígonos estrellados

que para ser comprendidos exigen
la paciente lectura
del difícil equilibrio
que conjugan
tu amor a la vida
y abstracción meditada.

Gentilmente atemperas
nuestra impulsiva admiración
entornando tus ajimeces párpados
y permites que en el silencio
escuchemos de tu corazón
la voz del agua, el canto,
que pulsa acompasadamente
el arabesco sonoro
de acequias vivas y vivificantes
como arterias de transparente blancor.

Del cielo el agua desciende
y fluye por tus valles glaciares
cuyo efecto acústico
resuena en nuestro espíritu
claro
y sin ningún velo.

El diseño del senmurv
deja de fluctuar erráticamente
y se despliega con elegancia
vistiendo de sedas y brocados
la noche abovedada
como cúpulas de Samarcanda
que sobre ti se extiende

y se vuelve hacia su Creador
desde este confín del mundo
para alabar de Sus Atributos
aquel otro rostro
que también llamado Belleza
de ti nos enamorara.

18 febrero 2010

Aventuras en la Antártida, obra de títeres, de Adriana Alarco Zadra

Aventuras en la Antártida
Obra Didáctica (Títeres), en dos actos y 15 escenas
tomado del Blog Teatro y Libros
de Adriana Alarco de Zadra

Nacida en Lima, Perú,
Escritora, investigadora.
Traductora de inglés, italiano, castellano

LIBROS para adultos publicados.
¨ Perú, el libro del viajero ¨ (Lima, 1978-1981) Guía Turística, dos ediciones
¨ Perú, el libro de las plantas mágicas ¨ (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología 1988 y 2000), dos ediciones
¨ Perú, los minerales maravillosos ¨ (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Lima 1992)
¨ Nuestra Fauna ¨, (Sociedad Geográfica de Lima, Lima 1997)

Libros para niños, publicados: Brújula para Niños ¨, Centro de Artes Populares, Cidap, Cuenca Ecuador, 1990; ¨ Teatro, 4 Obras premiadas ¨, Lima 1983; ¨ Omagua e le ombre consigliere della selva amazzonica ¨, Editrice Missionaria, en Boloña, Italia, 1995; ¨ La saggia scimmia Mashin e altre leggende della selva amazzonica ¨, Editrice Missionaria en Boloña, Italia, 1995 (de venta en las librerías en Italia); ¨ Teatro Didáctico ¨, Editorial Bruño, Lima 1996; ¨ Leyendas de Oro del Perú ¨, Editorial Bruño, Lima 1996.

AVENTURAS EN LA ANTARTIDA
(Obtuvo Mención Honrosa en el I Concurso Iberoamericano de Dramaturgia Infantil, del Centro de Documentación de Títeres de Bilbao, en 1991)

OBRITA DE TEATRO PUBLICADA EN OBRAS GALARDONADAS, Badajoz, España, en 1992; PUBLICADA POR EL MINISTERIO DE EDUCACION EN TEATRO DIDÁCTICO, Editorial Bruño, Lima, 1996; PUBLICADA EN LA ANTOLOGIA DE TEATRO POR HARCOURT BRACE & Co., USA, 1997, ARRIBA EL TELÓN, ACTO FINAL.

15 octubre 2009

White Silence de Vladimir Vysotsky





Ver sobre Vladimir Vysotsky en Wikipedia
Vladímir Vysotsky nació en Moscú. Su padre, judío por la línea paterna y ucraniano por la materna, hizo carrera en el Ejército Rojo llegando al grado de coronel; su madre, rusa, era intérprete de alemán. Sus padres se divorciaron poco después de su nacimiento y Vladímir pasa la mayor parte del tiempo con su madre, primero en Buzuluk y más tarde en Moscú.1 En 1946 su padre es trasladado a la base militar de Eberswalde, en la zona alemana ocupada por los soviéticos tras la Segunda Guerra Mundial (más tarde República Democrática Alemana), Vladímir se traslada a vivir con él y con su madrastra, de origen armenio, a quien Vladímir llama «tía Yevgenia».2
En 1949 regresa a Moscú y en 1955 comienza a estudiar en el Instituto de Ingeniería Civil de Moscú (Московский государственный строительный университет), que abandona, tras un solo semestre, para matricularse en la Escuela Estudio Nemiróvich-Dánchenko del Teatro del Arte de Moscú (Московский Художественный Академический Театр), donde se gradúa en 1960.
En 1959 comienza su carrera profesional como actor con pequeños papeles en el Teatro Aleksandr Pushkin de Moscú.
En 1964, el director Yuri Lyubimov, que se convertiría en mentor y amigo íntimo de Vysotsky, lo invitó a unirse al popular Teatro de Drama y Comedia en el Taganka. Allí Vysotsky se hizo conocido con sus papeles protagónicos en obras como Hamlet (de Shakespeare) y Vida de Galileo (de Bertolt Brecht). La compañía teatral del Taganka era víctima frecuente de la persecución del gobierno por su presunta impureza étnica y su deslealtad política, lo cual inspiró a Vysotsky a identificarse como un «sucio yid» (жид пархатый). En esa época también apareció en varios filmes, los cuales presentaban algunas de sus canciones, por ejemplo Vertikal (la vertical), una película acerca de alpinismo.
La mayor parte de las obras de Vysotsky en esta época, sin embargo, no obtuvo reconocimiento oficial. No conseguía contratos con Melodiya, la empresa que monopolizaba toda la industria discográfica soviética. Sin embargo, su popularidad siguió creciendo, con la aparición en la URSS de las reproductoras de cinta (con cinta abierta de baja calidad), y más tarde de los casetes...

14 octubre 2009

TÉMPANOS DE AMOR

TÉMPANOS DE AMOR
por Quirino Acosta, integrante de la Dotación 1993 de la Base Artigas (Uruguay)

Eres el lucero
eres la estrella solar
que me está guiando,
en esta noche polar.

Eres un diamante
que brilla constantemente
eres el sendero,
que indica el camino
camino oscuro y largo,
de esta fría noche glaciar.

Eres la luz y la brisa
que me acaricia el mirar.
Eres el cálido fulgor,
que me permitió surcar,
las barreras de hielo
de este inhóspito lugar.

Eres el alba,
eres aire de primavera,
que en sus perfumes de flor,
me has llenado de amor.




Publicado en la Revista El Soldado Nº 137 de diciembre de 1993

06 octubre 2009

Piedras antárticas, de Pablo Neruda

Piedras antárticas
Pablo Neruda
tomado de:
PABLO NERUDA, TODOS SUS POEMAS

ALLÍ termina todo
y no termina:
allí comienza todo:
se despiden los ríos en el hielo,
el aire se ha casado con la nieve,
no hay calles ni caballos
y el único edificio
lo construyó la piedra.
Nadie habita el castillo
ni las almas perdidas
que frío y viento frío
amedrentaron:
es sola allí la soledad del mundo,
y por eso la piedra
se hizo música,
elevó sus delgadas estaturas,
se levantó para gritar o cantar,
pero se quedó muda.
Sólo el viento,
el látigo
del Polo Sur que silba,
sólo el vacío blanco
y un sonido de pájaro de lluvia
sobre el castillo de la soledad.

Antártica, por Pablo Neruda

Antártica
Pablo Neruda

Antártica, corona austral, racimo
de lámparas heladas, cineraria
de hielo desprendida
de la piel terrenal, iglesia rota
por la pureza, nave desbocada
sobre la catedral de la blancura,
inmoladero de quebrados vidrios,
huracán estrellado en las paredes
de la nieve nocturna,
dame tu doble pecho removido
por la invasora soledad, el cauce
del viento aterrador enmascarado
por todas las corolas del armiño,
con todas las bocinas del naufragio
y el hundimiento blanco de los mundos,
o tu pecho de paz que limpia el frío
como un puro rectángulo de cuarzo,
y lo no respirado, el infinito
material transparente, el aire abierto,
la soledad sin tierra y sin pobreza.

Reino del mediodía más severo,
arpa de hielo susurrada, inmóvil,
cerca de las estrellas enemigas.

Todos los mares son tu mar redondo.
Todas las resistencias del Océano
concentraron en ti su transparencia,
y la sal te pobló con sus castillos,
el hielo hizo ciudades elevadas
sobre una aguja de cristal, el viento
recorrió tu salado paroxismo
como un tigre quemado por la nieve.

Tus cúpulas parieron el peligro
desde la nave de los ventisqueros,
y en tu dorsal desierto está la vida
como una viña bajo el mar, ardiendo
sin consumirse, reservando el fuego
para la primavera de la nieve.

29 abril 2009

Estás lejos y al sur y el frío de Idea Vilariño

En “Enumerándolo” un poema de sustantivos, Idea Vilariño dice:

Enfermedad y frío
y tristeza cerrada
y días días días
enfermedad tristeza
cansancio enfermedad.
Aire helado abandono
frío fatigas penas
ninguna carta nadie
miserias y limosnas
remedios notas cuentas.
Viento sur tercer piso
madrugadas horribles
noches perdidas
penas
y días días días
viento miseria frío
enfermedad tristeza.
Idea Vilariño - Última antología
Editorial Cal y Canto - diciembre 2004



En muchos de sus poemas habla del frío y del sur, como en esta carta...


CARTA II
Un poema de Idea Vilariño

Estás lejos y al sur
allí no son las cuatro.

Recostado en tu silla
apoyado en la mesa del café
de tu cuarto
tirado en una cama
la tuya o la de alguien
que quisiera borrar
-estoy pensando en ti no en quienes buscan
a tu lado lo mismo que yo quiero-.
Estoy pensando en ti ya hace una hora
tal vez media
no sé.

Cuando la luz se acabe
sabré que son las nueve
estiraré la colcha
me pondré el traje negro
y me pasaré el peine.

Iré a cenar
es claro.

Pero en algún momento
me volveré a este cuarto
me tiraré en la cama
y entonces tu recuerdo
qué digo
mi deseo de verte
que me mires
tu presencia de hombre que me falta en la vida
se pondrán
como ahora te pones en la tarde
que ya es la noche
a ser
la sola única cosa
que me importa en el mundo.

El Color del Hielo

Pasajes de la Obra El Color del Hielo:
Un libro de Waldemar Fontes

[... le dijo que incluso existía el hielo negro y Beatriz lo pudo comprobar cuando fue al glaciar y observó trozos de hielo que contenían piedras y tierra que venían siendo arrastradas quien sabe de donde y que quedaban si, de color negro.
Todas estas respuestas las iba anotando en un cuaderno y las analizaba.
Ya se estaba aburriendo de esas respuestas monocromáticas cuando un señor que hacía el monitoreo ambiental de la base, le dijo: -El color del hielo se aprecia según con los ojos con que se mire.
Esa respuesta le interesó. Entonces el señor explicó: -También influye nuestro estado de ánimo y lo que estamos pensando cuando miramos el hielo.
La invitó entonces a ponerse las antiparras que él usaba, que tenían un visor amarillo y observar el témpano que aún estaba en la bahía.
Beatriz comprobó que el matiz del azul se veía diferente mirando a través de ese vidrio que a través de sus lentes negros.
-Tiene razón, dijo Beatriz. -El color de las cosas es diferente según el color del cristal con qué se mire….
-Eso es un viejo dicho. Me alegra que lo hayas descubierto por ti misma.
Beatriz se rió. Estaba contenta porque seguía descubriendo matices de color .
El señor se puso de nuevo sus antiparras amarillas y se despidió diciendo: -No te detengas, sigue buscando y descubre el verdadero color del hielo.
Toda esa tarde pasó Beatriz observando los témpanos y revisando las notas de su cuaderno. En su cabeza, una paleta de colores giraba sin detenerse. En cada color que imaginaba, podía ver un trozo de hielo y sin embargo ninguno tenía el color que ella buscaba para sus cuadros.
Al día siguiente venía un avión que traía carga y se llevaba a muchos de los que habían estado trabajando en la base esa semana.
A partir del momento en que el avión se fuera, comenzaba el verdadero trabajo de Beatriz. Había pasado una semana investigando y analizando y ahora debía ponerse a pintar el edificio con el diseño elegido por el jurado.
Cuando por fin la base quedó tranquila, con poca gente y mucho por hacer, Beatriz se instaló frente a la pared blanca...].


Pueden adquirir el Libro "El Color del Hielo" en Editorial Intelector
o contactar a Fabián Moggia
Cel: 096 881456
intelector@adinet.com.uy

Para contactar al autor
mail: wfontes@montevideo.com.uy